Hoy estrenamos una nueva sección en el Blog de Lola, donde a través de diferentes artículos abordaremos temas sobre ejercicio, menús saludables y algunas recomendaciones para iniciar con nuevos hábitos.
Para comenzar, me gustaría compartir con ustedes una perspectiva personal sobre algo que ha transformado mi vida de maneras que nunca imaginé: ¡una dieta saludable!
Sé que mucho se ha hablado sobre este tema y no me dejarán mentir, pero cuando tratamos de ir por este camino, en algún punto sentimos que todo lo estamos haciendo mal. Tenemos hambre todo el día, no encontramos el tiempo para preparar nuestros alimentos, surgen antojos incontrolables por algunos alimentos que se convierten en “prohibidos” y peleamos de forma consciente e inconsciente con nuestros propios hábitos.
La verdad es que esto me ha sucedido incontables veces pero no solo se trata de contar calorías, hacer ejercicio en extremo y de un día a otro, cambiar todos nuestros hábitos; la idea es comenzar a abrazar y disfrutar de un nuevo estilo de vida, uno que nutra nuestro cuerpo y nos permita descubrir increíbles cambios en diferentes áreas de nuestra vida.
Desde que comencé a priorizar alimentos frescos, balanceados y ricos en nutrientes en mi dieta diaria, he experimentado una transformación notable en mis niveles de energía.
El Atún, en particular, se ha convertido en un aliado infalible para mantenerme activa y alerta a lo largo del día y lo mejor de todo, ¡me siento con más energía! Su combinación perfecta entre proteínas magras, ácidos grasos, Omega 3 y vitaminas esenciales no solo ayudan a proporcionar un impulso instantáneo de energía, sino que también mantiene la vitalidad de manera sostenida.
En lo personal, me encanta saber que cada bocado además de delicioso, es significativo para mi bienestar general. Estos cambios en mi dieta han sido la clave para sentirme con la energía necesaria para enfrentar los días de mejor manera.
Algo que también he descubierto durante esta transformación, ha sido la conexión que existe entre mi alimentación y mi estado de ánimo. La estabilidad emocional que se obtiene de una alimentación consciente, sin duda es fundamental para enfrentar los altibajos del día a día con mayor claridad y positividad.
Descubrir el impacto directo que tiene mi dieta en mi bienestar mental también ha sido una revelación que cambió mi enfoque sobre los alimentos y en última instancia, mi forma de ver y llevar una vida mucho más equilibrada.
Una mente feliz comienza en el plato, ¡no hay duda de ello!
Ajustar tus hábitos para llevar un dieta saludable no se trata de privarse y tener restricciones, se trata de hacer elecciones inteligentes y conscientes.
Espero que hayas disfrutado leyendo tanto como yo disfruté compartiendo mi experiencia y esto te inspire a modificar ciertos hábitos para comenzar a llevar una vida saludable.